Ya
es la cuarta semana de clases y empiezo a acostumbrarme a levantarme a las 5:30
am para ir a clase de 7:00 am los lunes. Siendo sincera no me da pereza
levantarme porque la clase de Investigación Social me parece que es muy
entretenida.
La
clase del 12 de febrero, como todas las clases, empezamos leyendo las
bitácoras, con la diferencia de que esta vez leímos tres escritos. Luego,
continuamos con dos exposiciones preparadas unos compañeros.
La
primera exposición fue sobre la etnografía (etno/ pueblo y grafía/escrito). El
contexto histórico de este método es la antropología. Hoy en día se busca
entender e interpretar la realidad, para esto es necesario analizar e
interpretar el lenguaje verbal y no verbal. También, se debe recoger un ámbito
social interno y externo. Este estudio se da a través de la experiencia y se
debe tener una alta capacidad de observación e interpretación, toda la
información se debe registrar en un diario de campo. Es importante tener en
cuenta el relativismo cultural y no caer en el etnocentrismo.
La
segunda fue a acerca de la etnografía virtual. Estudio del modo en el que la
gente se comporta e interactúa en el mundo virtual. Es necesario tener en
cuenta el uso de la tecnología en las situaciones cotidianas, las herramientas
que se pueden utilizar son los smartphones, tablets o aplicaciones. El uso de
la tecnología hace más fácil la recolección de datos que después serán
analizados, datos que se pueden obtener de likes, publicaciones e interacciones
en las redes sociales. Las ventajas que tiene la etnografía virtual son:
economía, pues no se necesita viajar, equipos especializados, entre otras
cosas, es más rápido y permite acceder de manera más fácil a grupos de persona.
Después,
el profesor puso el video Redes 93: somos
supersociales por naturaleza. Y es que desde que nacemos estamos en
contacto con las personas, primero con nuestra familia, pues nuestros padres
nos dan la comida y nos cuidan ya que no lo podemos hacer por nuestra propia
cuenta, se podría decir que somos sociales por naturaleza debido a que si nos
dejan solos en nuestros primero años de vida no sobreviviríamos, después ese
circula va creciendo y empezamos a relacionarnos con más gente. En el video se
explicaba el número de Dunbar, 150, el cual se refiere a que nuestro cerebro está
diseñado para relacionarse con este número de personas aproximadamente. Esta
cifra está a lo largo de la historia y presente en todas las culturas. Pues el
objetivo del video es entender como la evolución ha forjado la manera de
relacionarnos con los demás.
Algunos
de los datos que se dieron en el video, al inicio y que después se profundizaron,
fueron que el impacto de la risa es bueno y que se tiende gustar las estaturas
altas a la hora de escoger un trabajador o porque se nos hacen familiares, pues
hay cosas que vienen “predeterminadas”, por decirlo así, en nuestro cerebro. Los chimpancés y humanos gestionamos bien un
grupo cuando no pasamos de 150. Puede que este número sea mayor o menor en
algunas personas, pero el promedio es 150, las relaciones de los grupos
sociales entre amigos, allegados y familiares, no amigos en Facebook, sino personas
que en verdad conocemos y que pueden ser capaces de hacernos un favor y que
tenemos la confianza para desearles felices fiestas.
Otro
de los ejemplos que se dan para entender la aplicación de este número son, los
contactos que mantienen los académicos de su misma área de investigación son
aproximadamente el número de Dunbar, y hablando de las organizaciones, las que
tienen este número máximo de trabajadores prima el trabajo en equipo y se
organizan de forma espontánea, a diferencias de las que son más grandes.
En
el video dice que no hay que caer en la tentación de pensar que 150 es un número
pequeño, lo cual a mí no me parece, pues mirando en los renglones anteriores
son muy pocas las personas a las que se les puede pedir un favor y saber que lo
harán de corazón. En mi opinión solo la familia y los verdaderos amigos, que
son muy pocos son los que pueden hacer favores que requieran de algún esfuerzo.
Se
menciona que el amor influye en que seamos los mamíferos con el cerebro de
mayor tamaño, pues para escoger a una persona para pasar el resto de la con
vida con ella se necesita observar cómo es y saber cómo es la mejor manera para
evitar conflictos. En la clase, el profesor Cobos siempre nos dice: el
desarrollo de la habilidad de observación es importante. Aquí me doy cuenta de
que eso es lo que me falta para tener novio, no soy yo, es mi falta de
observación.
Por
otro lado, el tacto significa confianza. Ya que produce una sensación de
bienestar y felicidad, entonces al tocarse se transmite la fuerza emocional, ya
sea en una relación de pareja o de trabajo. El tacto dice lo que las palabras
no pueden.
Los hombres
y las mujeres tienen una forma de reaccionar diferente a los conflictos, los
hombres reaccionan de manera agresiva, en cambio las mujeres de forma pacífica,
por medio del dialogo. Lo cual me recuerda a mi infancia porque vivíamos en una
casa con todos mis primos, yo era la única niña, y siempre me mandaban de
mensajera.
También,
dicen que las mujeres hablan más de cosas sociales, a diferencia de los hombres
que hablan de cosas técnicas. Lo que hace que las relaciones entre las mujeres
sean más duraderas, pues les interesan las familias de los demás y son más
sociales. Claramente, esto es una tendencia y no significa que los hombres no
sean capaces de tener relaciones duraderas, pues he escuchado a muchos amigos
que tienen amigos de la infancia.
Por
último, En un grupo la risa es la forma de comunicación dejando a un lado el tacto,
la risa ayuda establecer vínculos con personas que acabamos de conocer, lo cual
se siente bien y es un fenómeno colectivo une a tres personas en adelante, otra
forma de socializar es el cotilleo, pues el 65% de nuestras conversaciones las
gastamos hablando sobre los demás. Lo que es cierto, pues en las reuniones cuando
uno se encuentra con una persona que no había visto hace mucho tiempo, después
de preguntar lo que ha hecho últimamente se pregunta si ha escuchado algo sobre…(alguien).
En
conclusión, somos seres sociales por naturaleza y desde que somos bebés y nos
hablan de esa manera tan peculiar aprendemos a percibir las emociones de los
otros, lo cual nos servirá para integrarnos de una manera más fácil a la
sociedad. A pesar de la gran influencia que hoy en día tienen las redes
sociales en nuestras relaciones, no debemos dejar que estas dejen atrás las
verdaderas interacciones, pues nunca se va a poder comparar un emoticón con un
abrazo o un beso de verdad.
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