El profesor Juan Sebastián Cobos llegó a las 7:05 am al salón, pero dio inicio a la clase a las 7:15 aproximadamente. Cuando el profesor entró al salón tenía apariencia de ser serio, pero a medida que fue hablando y la clase fue avanzando se pudo ver lo agradable de su personalidad, metodología y forma de dictar la clase.
Al iniciar, el profesor dijo que primero nos iba a mostrar y explicar el programa de la clase y luego deberíamos presentarnos. En ese momento, yo creo, la mayoría miró si estaba en el salón correcto, ¿presentarse? ¿en una clase, la cual se supone es de quinto semestre?, tal vez la mayoría pensó que debía ponerse pie, decir su nombre, semestre, edad y gustos.
La voz del profesor interrumpió los pensamientos de todos cuando empezó a hablar de la clase. Uno de los parámetros de calificación que más recuerdo es la ortografía porque por cada error baja 2 décimas en el trabajo, por eso espero, este primer escrito no tenga errores ortográficos o por lo menos muy pocos.
Los pensamientos volvieron cuando dijo: “llegó el momento de presentarse¨. Nadie se esperaba la actividad con la que nos íbamos a presentar. El profesor Juan Sebastián empezó dando la instrucción de sacar una hoja y dibujar un objeto que nos representara, para eso nos dio 8 minutos. Después, recogió las hojas y se las entregó a un estudiante diferente con el objetivo de que analizara el dibujo y describiera algunas características de la personalidad del autor de este.
Los pensamientos volvieron cuando dijo: “llegó el momento de presentarse¨. Nadie se esperaba la actividad con la que nos íbamos a presentar. El profesor Juan Sebastián empezó dando la instrucción de sacar una hoja y dibujar un objeto que nos representara, para eso nos dio 8 minutos. Después, recogió las hojas y se las entregó a un estudiante diferente con el objetivo de que analizara el dibujo y describiera algunas características de la personalidad del autor de este.
Cuando empezamos a socializar los resultados de la actividad se pudo ver que hubo varios estudiantes que analizaron de una manera profunda el dibujo y no solo decían gustos o cosas obvias sobre este, sino que se basaban según el lugar en el que se encontrara el dibujo en toda la hoja y en algunos trazos, puede que ya tuvieran un conocimiento previo sobre esto o solo una gran habilidad de observación y análisis.
En mi caso todo lo visto en clase fue nuevo, entre las cosas que aprendí fue que cuando el dibujo, cualquiera que sea el objeto, está con dirección hacía la izquierda quiere decir que la persona que lo dibujó es una persona que mira y está muy apegada a su pasado; si el dibujo está en el centro significa que el autor es una persona centrada o si los trazos son fuertes y se sienten al respaldo de la hoja la persona es de carácter fuerte.
Los primeros estudiantes en recibir su dibujo con el respectivo análisis, el profesor les preguntó que habían escuchado de la clase y si sabían qué es la investigación social, al parecer solo le preguntó a los 3 primeros al ver que ninguno tenía muchas referencias sobre la clase, pero ellos sí sabían, o por lo menos se acercaron a, lo que era investigación social. La gran mayoría de los dibujos o análisis de estos le recordaba una anécdota al profesor Juan Sebastián, la cual nos contaba. También hubo momentos en los que a algunos estudiantes les daba pena aceptar cuál era su dibujo debido al análisis que les habían hecho.
Yo dibujé una galleta, aunque no era lo que parecía, por eso me sorprendió que la persona que lo analizó haya adivinado lo que era, también entiendo el porqué del análisis poco profundo, pues escribió “le gusta la comida, las galletas en especial, con chispas de chocolate. Tal vez no desayunó y tiene hambre”, pero ¿qué más se podía decir de una galleta?, aunque algunas cosas que escribió si eran verdad, como que me gustan especialmente las galletas.
Por eso es mejor hablar del analista y no de mi dibujo. Teniendo en cuenta los videos sobre la grafología, que es la disciplina que estudia los grafismos de la escritura, su forma, tamaño y dirección, se puede conocer la personalidad oculta de la persona. En los rasgos de la escritura se graba el estado emocional en el que encuentra y así conocer su forma de ser y actuar. Ya que se encuentra el estado de nuestra mente, que se graba inconscientemente en la escritura, se permite conocer mejor a la persona (D’Arbó, 2012). Por lo tanto, lo que se puede decir de la persona que analizó mi bosquejo es que no le gusta llamar la atención ni es tierna, ya que la i no tiene el punto; es un poco agresiva por algunas letras trianguladas; por el tamaño de su letra, mediana, se puede inferir que es una persona recatada, hace las acciones a través de la intuición, atención a causa y efecto; su letra vertical muestra que tiene un equilibrio entre mente, sentimientos y materia; y muestra rasgos de ansiedad por los espacios en blanco entre las palabras.
En este análisis grafológico es necesario tener en cuenta que lo escrito fue muy poco para poder decir y fijar los rasgos, pues hay algunos que se reflejan en la tendencia de algunas letras y el margen de los renglones. Además, para la actividad en clase usamos hojas cuadriculadas y para poder poner en práctica esta ciencia es importante usar una hoja completamente blanca para ver hacía donde van las líneas.
A parte de los rasgos que encontré en la escritura de mi compañero, hubo algunos que me llamó la atención de los videos como que si la letra A, minúscula, tiene una abertura en la parte superior, dependiendo el tamaño y el lugar de esta, puede reflejar si la persona es chismosa, comunicativa o que tan creyente es, con otros rasgos también se puede saber si una tiende a robar, es tacaña, amable, optimista, entre otros.
Por último, en profesor Juan Sebastián nos mostró unas diapositivas en las que se encontraba el cono del aprendizaje de Edgar Dale, el cual consiste en que tanto recordamos las cosas después de dos semanas según la forma de aprendizaje y la naturaleza de la actividad.
Después de dos semanas, si adquirimos una información determinada por medio de la lectura, solo se recordará el 10% de las cosas; lo que oímos el 20%; lo que vemos el 30%, lo que oímos y vemos, como una película o cualquier actividad audiovisual, se recordará el 50%. Estas cuatro formas de aprendizaje hacen parte de una actividad pasiva. Una de las formas de recordar más las cosas es por las actividades activas, por ejemplo, de un debate o una conversación se llegará a recordar hasta un 70% de los datos y para recordar hasta el 90% de las cosas, después de dos semanas, se necesita decir y hacerlas, esto significa actividad pura, como participar en una obra de teatro, simular posibles situaciones de la vida o hacer lo que se está aprendiendo; definitivamente la práctica hace al maestro.
El último tema que nos enseñó ese día fue la taxonomía de la habilidad del conocimiento Benjamín Bloom, consiste en seis escalones y para poder subir al siguiente se necesita conocer y manejar los anteriores. Primero se necesita memorizar ciertos datos para poder comprenderlos y así aplicarlos, para luego analizarlos y evaluarlos, y por último ser capaces de crear.
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